Editorial de Révolution communiste 16. Marzo-abril. Groupe Marxiste Internationaliste. Francia
Para vencer al gobierno al servicio de la burguesía, huelga general!
La huelga de masas no es un método artesanal descubierto por un razonamiento sutil con el propósito de hacer más efectiva la lucha proletaria, sino el método de movimiento de la masa proletaria, la forma fenoménica de la lucha proletaria en la revolución (Rosa Luxemburg, La Huelga de masas, partido y sindicato, 1906)
Desde la elección de François Hollande en 2012, los gobiernos Hollande-Ayrault y posteriormente el Hollande-Valls, han mostrado el servilismo con el que se someten a la clase capitalista contra la clase obrera. Este último ha reforzado su ofensiva desde finales de 2015, con la limitación drástica de las libertades democráticas y el ataque a los derechos de los trabajadores. La clase obrera y la juventud tratan de resistir la nueva ofensiva de precarización, de derrotar al gobierno.
Un gobierno del Partido Socialista que limita las libertades democráticas
Durante el último año, se han multiplicado los ataques terroristas en Nigeria, Kenia, Túnez, Camerún, Costa de Marfil, Egipto, Mali, Libia, Somalia, Chad, Turquía, Siria , Irak, Líbano, Pakistán, Afganistán, Estados Unidos, Bélgica …
Debido a la intervención militar de la burguesía francesa (Libia, Mali, África Central, Irak, Siria …), la población francesa también ha sufrido ataques de fanáticos reaccionarios: niños israelitas en un patio de recreo, artistas anti-militaristas y antirracistas de Charlie Hebdo, judíos haciendo compras, trabajadores y estudiantes entreteniéndose en un estadio, en una sala de conciertos, en la terraza de un café o en un restaurante … Los de 2015 han servido de pretexto al gobierno Hollande-Valls para lograr una unión nacional con los diputados (se levantaron todos a cantar la Marsellesa en enero y en noviembre), con los « interlocutores sociales » en enero (desde Sud hasta Medef), con todos los partidos (desde los social-patriotas de PCF hasta los neofascistas del FN). La unión sagrada ha servido para atacar violentamente las libertades democráticas mediante el establecimiento de un Estado policial – el estado de emergencia – que tratar de hacer posible la privación de la nacionalidad, trazada desde el programa FN. Que el gobierno no haya logrado colar como constitucionales estas ofensivas tiene más que ver con maniobras políticas que con desacuerdos sobre la restricción de las libertades y el fortalecimiento del aparato represivo del Estado burgués (ejército, los servicios de inteligencia, policía …)
El hecho es que el estado de emergencia, implementado gracias a los votos de casi todos los parlamentarios del PS, el PCF y el PdG, todavía está en vigor; Se extendió por tres meses a principios de febrero. Esto significa que se practican investigaciones administrativas (sin la aprobación de un juez), que algunas personas son obligadas al control de la policía tres veces al día (arresto domiciliario), que los prefectos tienen derecho a prohibir manifestaciones, a cerrar salas de espectáculos, a prohibir reuniones…
El objetivo del gobierno es amedrentar a los trabajadores y jóvenes, dividirlos mediante la estigmatización de los extranjeros … Con este mismo propósito, ocho ex empleados de Goodyear han sido condenados a nueve meses de prisión – a petición del gobierno aún cuando la dirección de la empresa había retirado la denuncia – por defender sus puestos de trabajo.
Éste es el mismo gobierno-PS-PRG que apoya a los empresarios, incluidos los de Air France, que ocupa de hecho Mali, que bombardea Siria e Irak, que hace apalear a los estudiantes de secundaria, que asesina a Rémi Fraisse, que es suave con los ricos (los evasores de impuestos están muy poco preocupados) y duro con los pobres.
Es el mismo gobierno que divide a los trabajadores y persigue a las fracciones más explotadas del proletariado expulsando a los extranjeros por la fuerza – en 2015, 17.000 personas fueron expulsadas, frente a 12.000 en 2011 ( un total de 27 000 expulsiones en 2014, una cifra equivalente a las de Sarkozy) –
Un gobierno que ha revalidado el uso de perfiles étnicos para el control policial, que complica la vida de los trabajadores extranjeros haciendo desaparecer solicitudes y renovaciones de residencia, que aparca a los refugiados en campos y luego los desmantela -el ejemplo de Calais es emblemático, un juez concluyó que fue una « infracción grave y manifiestamente ilegal » contra los derechos de la población del campo « a no ser sometida a un trato inhumano y degradante » (Mediapart, 9 de noviembre, 2015 ) – Un gobierno que limita el movimiento de los trabajadores restaurando los controles fronterizos en el espacio Schengen, que envía a los refugiados a las garras del gobierno islamista y el estado policial turco de Erdogan…
Un gobierno PS que quiere incrementar la explotación
Desde el 22 de febrero, los sindicatos han aceptado sentarse a la mesa con las organizaciones patronales para negociar un nuevo acuerdo para el seguro de desempleo que es una nueva ofensiva adicional contra los trabajadores en paro. Esta ofensiva fue precedida por un informe del Tribunal de Cuentas que abogaba por disminuir las cuantías de las prestaciones por desempleo y reduccir de la duración de dichas prestaciones. Estas propuestas fueron asumidas por el gobierno y el mismo Hollande las estableció como eje de la negociación: « Confío en ellos para alcanzar la firma de un nuevo acuerdo sobre esta base » (La Tribune, 22 de enero de 2016). Eso no impidió que todos los líderes sindicales enviaran a sus representantes a negociar.
Para los capitalistas, el Código de Trabajo, a pesar de 35 años de leyes favorables a los patronos, todavía contiene demasiadas disposiciones que afectan a la tasa de ganancia, producto de los ascensos revolucionarios de 1944 y 1968. El 11 de enero varias organizaciones empresariales pidieron al gobierno « suavizar » (es decir precarizar) el contrato de trabajo, limitar las indemnizaciones por despido improcedente, reducir aún más las cotizaciones patronales a la SS … es decir, facilitar los despidos y reducir los salarios diferidos. Basándose en el informe encargado por Valls al Consejero de Estado Jean-Yves Combrexelle, que también había recibido a las direcciones sindicales antes de presentar su informe en septiembre de 2015, el Gobierno respondió el 25 de enero con el informe Badinter cuyo artículo I establece que « algunas limitaciones a los derechos y libertades fundamentales de la persona están justificadas por el ejercicio de otros derechos y libertades fundamentales o por las necesidades del funcionamiento de la empresa. »
Era el preludio del proyecto de ley El Khomri que todos los líderes sindicales han estado negociando durante semanas con el gobierno. Su eje temático consiste en el incremento de la explotación, en la flexibilidad del empleo, las horas de trabajo y los salarios; en la inversión de la jerarquía de las normas, es decir, la posibilidad de acuerdos de empresa con primacía sobre la ley y los convenios colectivos, aunque sean menos favorables para los trabajadores.
El proyecto de ley, que tiene como objetivo utilizar el « diálogo social para hacer más competitivas a las empresas” (Myriam El Khomri, Le Monde, 18 de Febrero 2016), proponía reducir el pago de las horas extra desde el 25% actual al 10% , el aumento de la jornada máxima diaria de trabajo hasta doce horas, limitar a un máximo de quince meses – frente a los treinta actuales – las indemnizaciones por despido improcedente, posibilitar los referendos cuando se alcance un acuerdo que aumente las horas de trabajo y rebaje los salarios, si es éste es aprobado por organizaciones que representen el 30% de la plantilla …
La clase obrera y la juventud resisten
La patronal expresaba su satisfacción por ver al gobierno plegarse, una vez más, a sus exigencias.
Las direcciones sindicales, reunidas en la Intersindical el 24 febrero, no pidieron la retirada del proyecto. Para evitar una huelga general que barriera el proyecto y pusiera en peligro el gobierno, las direcciones de la UNEF, la CGT, FO, FSU, Solidaires, recurrieron, con el apoyo del PdG, el PCF, LO, el NPA, el POID, el POI, etc. a la válvula de escape de un « día de acción » el 9 de marzo. Al mismo tiempo, acudían a las convocatorias del Gobierno para discutir de nuevo el proyecto.
Los dirigentes máximos de los sindicatos CFTC, FO, CGT, CFDT y , por el lado patronal, de CGPME, han ido desfilando por Matignon[1] para mantener conversaciones con el jefe de gobierno, rodeado de los ministros Myriam El Khomri (Trabajo) y Emmanuel Macron (Economía). Las consultas continuaron el martes con la CFE-CGC (sindicato de cuadros) y Medef (patronal), y el miércoles con la UPA (artesanos) y la UNSA (autónomos), antes de la sesión plenaria el 14 de marzo (Les Echos, 7 de marzo 2016).
Ante la movilización de los trabajadores y la juventud, el poder ha hecho una retirada táctica eliminando algunos aspectos del proyecto (incluido el carácter obligatorio del baremo de indemnizaciones por despido en fase de conciliación); pero ha dejado intacta la mayor parte del texto. Esto le ha permitido utilizar oportunamente la división sindical- « Quien está convocando hoy a la manifestación no es un frente único sindical” (Myriam El Khomri, BFM TV, 31 de Marzo, 2016) – ya que la dirección de la CFDT (junto con la de la UNSA) se consideraba satisfecha con la modificación, mientras que las direcciones de la CGT, FO, Solidaires y la FO organizaron el deshaogo de la caldera convocando un rosario de jornadas de acción (el 17, 24 y 31 de marzo). La realidad es que todas estas direcciones buscan defender el gobierno, bien con el apoyo abierto al proyecto, bien con la desmoralización mediante la táctica de múltiples jornadas de acción.
Mientras las burocracias sindicales impiden la huelga general y se declaran dispuestas a « reexaminarlo todo », el gobierno trata de amedrentar a los jóvenes (las direcciones de las organizaciones juveniles tienen una influencia bastante reducida y son fácilmente desbordables). Intenta obstaculizar la movilización e impedir la realización de asambleas generales de estudiantes, ejerciendo una gran violencia contra los jóvenes que ocupan las escuelas secundarias y universidades. Y a pesar de ello, el 31 de marzo las manifestaciones (más de 250) reunieron más de un millón de personas, al tiempo que se desarrollaban múltiples huelgas, tanto en el sector privado como en el público.
En su comunicado conjunto de la noche de las protestas, las direcciones de la CGT, FO, FSU, Solidaires, UNEF, Uni, Fidl… manifestaron « su disponibilidad para reunirse con el gobierno y hacer propuestas » y convocaron nuevas jornadas de acción el 5 y el 9 de abril, etc., siempre con el apoyo del PdG, el PCF, Ensemble, POID, NPA, LO …
Pero las jornadas de acción, las huelgas de un día, incluidas las “prorrogables”, nunca han hecho recular a ningún gobierno, precisamente porque se oponen a la huelga general.
Para contrarrestar estas maniobras hay que marcar la vía para que los trabajadores y los jóvenes impongan a las direcciones la huelga general que doblegue al gobierno.
¡Retirada del proyecto de ley El Khomri! ¡Asambleas generales democráticas en todas partes! Huelga general! ¡Coordinación de los comités de huelga elegidos!
¡Fin del estado de emergencia! ¡Defensa de las huelgas, de las manifestaciones, de los refugiados, contra la policía y los fascistas!
¡Eliminación de las sanciones contra todos los trabajadores que defienden sus derechos, incluidos los de Goodyear y Air France!
¡Boicot a la negociación del Acuerdo del seguro de desempleo!
¡Prohibición de los despidos! Reducción de la jornada de trabajo y contratación de los parados! ¡Escala móvil de salarios y horas de trabajo!
¡Libre entrada de los refugiados! ¡Libre circulación de todos los trabajadores!
¡Control por los trabajadores de la producción, la distribución y las finanzas!
La clase obrera sólo será capaz de lograr estos objetivos si pone sobre el tablero la cuestión del poder, marcando el camino hacia el establecimiento de un gobierno de los trabajadores. Este es el programa que un partido obrero revolucionario, sección de una internacional obrera revolucionaria, defendería si existiera. Su construcción es más necesaria que nunca.
31 de marzo 2016
Traducción por Germinal en defensa del marxismo
grupgerminal.org