El gobierno capitalista de Ollanta Humala, siguiendo por la senda neoliberal ultra-reaccionaria iniciada por Fujimori y continuada por Toledo y García, vuelve a asestar un duro golpe en contra de los trabajadores; esta vez dirigió su artillería contra los jóvenes.
El pasado martes 16 de noviembre en el boletín de Normas Legales de “El Peruano” fue publicada la Resolución Suprema que promulgó la nefasta Ley del Régimen Laboral Juvenil, la cual vulnera de manera escandalosa una serie de derechos adquiridos.
Esta norma, parte del 4to. paquete para el “crecimiento” económico, reduce el periodo vacacional a sólo 15 días y la indemnización por despido, además elimina el pago de la compensación por tiempo de servicio (CTS), las gratificaciones, utilidades, la asignación familiar y el seguro de vida para los jóvenes entre 18 y 24 años que por primera vez figuren en una planilla o que lleven 90 días desempleados.
Una vez más el Estado de la burguesía se revela como un instrumento al servicio de un sistema económico (el capitalismo) que al encontrarse sumido en una crisis histórica irreversible se perpetua pauperizando las condiciones de vida de los trabajadores.
Así mismo, el 18 de diciembre último, la policía, un brazo armado de la burguesía, reprimió ferozmente a los jóvenes que se movilizaron como respuesta a la imposición de Ollanta Humala, marioneta de la patronal; aquel milico que en campaña prometió una falaz “gran transformación” y que contó con la complicidad de toda la izquierda reformista.
La juventud debe organizarse en sus centros de trabajo, de estudio, en sus barrios, a nivel nacional. Solo un masivo y bien organizado movimiento puede impedir que este gobierno y los congresistas de todos los partidos patronales continúen agrediendo a los jóvenes.
Una vez más queda demostrado que es preciso luchar siempre en frente único de todos los oprimidos. El Comité Nacional Unitario de Lucha (CNUL) debe dejar de ser solo un membrete que no conduce a la clase obrera y al pueblo, para unificar todas las demandas hacia una necesaria Huelga General Indefinida. Si la burocracia sindical de la CGTP y la CUT no están dispuestas, como ya lo han demostrado, a articular y dirigir las luchas hasta sus últimas consecuencias, deben ser expulsadas de sus puestos y reemplazadas por delegados elegidos democráticamente por las bases, por compañeros verdaderamente comprometidos con la defensa de los intereses de los explotados y abocados a la creación de una única Central clasista de masas, que sea un genuino instrumento al servicio de los trabajadores de la ciudad y del campo.
¡Por un Gobierno Obrero y Popular!
19 de diciembre 2014