Lima es en estos días sede de las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, las dos instituciones más importantes encargadas de coordinar y viabilizar las finanzas imperialistas para la expoliación de los pueblos del mundo. Otras instituciones capitalistas fundamentales como la Organización Mundial de Comercio (OMC) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) también participan en la cita.
La realización de estos eventos en la capital demuestra hasta qué grado los gobiernos de la burguesía peruana han cumplido permanentemente con todos los apetitos y exigencias de tales organismos; una tradición histórica que arranca el año 1954, en que Perú resulta el primer país latinoamericano y tercer país a nivel mundial en solicitar un préstamo del FMI.
Para mayor ilustración de esta vinculación con los poderes imperialistas, solo hay que atender a las noticias del fin de semana. El actual gobierno del – irónico – Partido Nacionalista, acaba de firmar, en estricto secreto, el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), un tratado de libre comercio suscrito por EEUU, Canadá, Japón, Australia y otros ocho países de economías dominadas.
Según informaciones circulantes y como es lógico, este acuerdo implica nuevos atentados contra los derechos de nuestro pueblo, nuevos ataques a las condiciones de vida de las masas trabajadoras. En particular, por ejemplo, en cuanto a los plazos de exclusividad comercial para la industria farmacéutica norteamericana, lo que va a impedir el acceso popular a medicamentos básicos para la salud pública. Asimismo en las áreas de derechos laborales, aranceles, inversión estatal, soberanía jurídica, medio ambiente y diversas industrias, lo que se comprobará en detalle cuando se conozca al fin el texto completo del documento.
Esta nueva agresión económica ha sido, como es costumbre, tramada en activa complicidad con el ocasional gobierno peruano, así como ocurrió con los gobiernos del Apra, Perú Posible, la dictadura Fujimorista, Acción Popular-PPC, la dictadura militar y un largo etcétera. Ninguna otra cosa puede esperarse de los gobiernos de la burguesía, que vive de nuestra sobre-explotación como socia menor lacaya de las potencias imperialistas.
Hoy, además, culminan los cinco días de maniobras conjuntas de la Marina peruana con la Marina estadounidense, que incluyeron también a la Marina chilena. Para que esto fuese posible el Congreso de la República dio su aprobación a la entrada en el mar territorial del portaviones nuclear George Washington (3.200 efectivos) y del destructor Chaffe. Así sellan los partidos patronales la completa confabulación con su amo secular.
En estas circunstancias, movilizaciones populares como la de Cotabambas y Grau en Apurímac son respondidas con la masacre impune. Allí, otro poder imperialista, esta vez una empresa china, se burla de los derechos en contubernio con el gobierno.
Pero todo esto es posible porque el movimiento de masas no presenta un sólido frente de batalla conjunto a la clase contraria en el poder. La movilización sindical obrera, la movilización popular y campesina, sufren la falta de confluencia, de plataforma y liderazgo comunes. Y eso tiene una gran responsable: la dirigencia burocrática de las organizaciones de masas como la CGTP y la CUT, que hace mucho renunciaron a su responsabilidad, desertaron de la lucha contra el humalismo y adoptaron una práctica cómplice, tan solo interesadas en el oportunismo electoralista de negociar listas pro-neoliberales, con las que puedan convertirse en congresistas de 20.000 soles mensuales. La clase obrera y el pueblo debemos repudiarlos, perfeccionarnos organizativamente y generar una nueva dirección clasista y revolucionaria.
¡Luchar por un Gobierno Obrero y Popular!
Revolución Permanente