Cuanto más se reflexiona, más claro queda que nuestra agitación debe dirigirse sobre todo contra los radicales1. Siempre hemos dicho que el fascismo sólo puede desarrollarse a costa de los radicales. La bancarrota de este partido era inevitable. Se puede decir que el resultado de la lucha estará determinado por el hecho de si son los fascistas los que consiguen desacreditar el Frente Popular, paralizado por los radicales, los reformistas y los estalinistas2, o de si esta tarea la realizaremos nosotros. Para los fascistas, como para nosotros, el Partido Radical constituye la parte frágil del Frente Popular. Nuestro procedimiento viene dictado por toda la situación: debemos coger a los radicales por los pies y zarandearlos, como garrote, contra los reformistas y estalinistas. En cada oportunidad que se presente hay que obligarlos a defender ante los trabajadores su bloque con los burgueses, es decir, a defender a los burgueses contra la crítica de la clase obrera. Esta fórmula puede parecer simplista, pero si se piensa en ella, encierra la clave de toda la situación política. Cada fracaso y traición de los radicales debe convertirse en una pesada carga para la burocracia de la clase obrera y en un argumento a favor de nuestra perspicacia y dedicación revolucionarias.
Si estamos de acuerdo en que el golpe directo hay que descargarlo principalmente sobre los radicales, y en que a los oportunistas hay que darles más bien de rebote (¡pero qué rebote tan tremendo!), hay que prestar atención a los radicales. Debe seleccionarse todo lo que dijo l’Humanité sobre este partido y sus dirigentes durante el Tercer Periodo3 y hasta el último giro4. Lo mismo debería hacerse con las resoluciones de la IC relativas a Francia. Deben establecerse archivos sobre la actividad del Partido Radical. Todo este material debe estar a disposición de todo propagandista, es decir, de todo miembro de nuestra tendencia5. Necesariamente, las masas nos escucharán. Demostraremos sin dificultad que son una pandilla de gente podrida por excelencia: pequeños burgueses de ayer, sostenedores de las altas finanzas, un verdadero partido de proxenetas. Nadie se atreverá a protestar contra las más terribles calificaciones de los políticos radicales. Al mismo tiempo, todas las calificaciones recaerán de rebote sobre los reformistas y estalinistas. Esta campaña debería ser preparada ahora por una comisión especial, porque no debemos olvidar: los procesos políticos no se detienen durante las vacaciones.
P.D. Una sugerencia más. El programa del Frente Popular es necesariamente el programa del Partido Radical, pues en todos los bloques políticos es siempre la derecha la que determina el programa. Los radicales forman un partido de preservación política y de patriotismo imperialista.
Los radicales se habían ganado la confianza de las clases medias6 gracias a su oposición al Bloque Nacional7. Los socialistas y estalinistas se ganan la confianza de la clase obrera y luego se la entregan a los radicales, al ala izquierda de la burguesía. Así tenemos la traición política organizada en cadena. A través de los radicales, las masas son uncidas al carro del conservadurismo capitalista y del patriotismo imperialista.
Serie: Trotsky inédito en internet y en castellano
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1 El Partido Radical fue expulsado del poder en 1934 tras el asalto a la Asamblea Nacional por parte de las organizaciones fascistas.
2 El Frente Popular era un acuerdo electoral y programático entre el Partido Radical, el Partido Socialista-SFIO, el Partido Comunista-SFIC y la CGT, nacido en 1935 y disuelto por el Partido Radical en 1938.
3 La orientación izquierdista de la Internacional Comunista estalinista de 1929 a 1934.
4 El de los frentes populares practicados por la IC de 1934 a 1939. [Véase en nuestras Obras Escogidas de León Trotsky: El “tercer período” de los errores de la Internacional Comunista o ¿Adónde va Francia? (Recopilación de artículos con anexos). EIS]
5 El GBL estaba entonces en el Partido Socialista-SFIO antes de fundar el Partido Obrero Internacionalista tras su exclusión del PS en 1936.
6 La pequeña burguesía rural y urbana.
7 Coalición de los partidos burgueses más reaccionarios de 1919 a 1924, dirigida por Clémenceau.