¡Abajo Macron! ¡Manifestación central de la clase obrera y la juventud en el Elíseo! ¡Huelga general!
La cólera de los de abajo
Los trabajadores crean toda la riqueza. Pero en el capitalismo, todos son explotados. Trabajan bajo la dictadura del capital, bajo la amenaza de ser despedidos. La masa de beneficios, intereses, dividendos, remuneración de los gerentes de la compañía y el Estado son la contrapartida de esta explotación.
Los trabajadores no cualificados son especialmente víctimas de la competencia que organizan los grandes grupos capitalistas (incluidos los franceses) entre todos los asalariados del mundo. El aumento de los precios de los combustibles o el cierre de pequeños hospitales y líneas ferroviarias afecta gravemente a los trabajadores de las ciudades pequeñas y los pueblos, los jubilados sufren el aumento de la CSG [cotización a la SS a cargo del trabajador] y el casi total bloqueo de las pensiones, los funcionarios se ven empobrecidos por la congelación de su salario, la mayoría de los jóvenes solo encuentran trabajos precarios. La parte de la renta disponible dedicada a los gastos básicos (alquiler, calefacción, vehículos, etc.) aumenta para las personas de ingresos más bajos.
La acumulación de riqueza en un polo de la sociedad y la acumulación de miseria en el otro polo han dado lugar a la revuelta de los “chalecos amarillos” contra Macron. Este es un movimiento de trabajadores de todo tipo. Predominan por el número los obreros, los empleados, los parados, los jubilados … algunos de los cuales tienen experiencia en el movimiento obrero (sindicalización, huelgas, manifestaciones, etc.) y algunos otros se consideran poco representados por los partidos de la clase obrera (PCF, LFI, PS, Générations) y las centrales sindicales. Aunque los proletarios son la mayoría, otras clases sociales participan y marcan la pauta, porque la movilización se lleva a cabo fuera de las empresas y administraciones. Se trata de las capas más bajas de la pequeña burguesía (taxistas, propietarios de guarderías, jefes de equipo, artesanos, comerciales, agricultores, dueños de pequeñas cafeterías, suboficiales …) y la burguesía (especialmente empresarios de construcción … ).
Fortalezas y debilidades del movimiento de los “chalecos amarillos”
El 17 de noviembre, el punto de partida de los bloqueos de carreteras es el alza en los precios de los combustibles. Desde entonces el movimiento no para de extenderse. En la Reunión, donde la vida es aún más cara, las desigualdades más graves y el desempleo más alto, tomó una forma más masiva desde el principio.
Los ataques contra los locales de la administración tributaria forman parte de la tradición de los movimientos de comerciantes o agricultores, no del movimiento obrero. La elección de los Campos Elíseos, las banderas tricolores, la Marsellesa, las agresiones a periodistas, la inutilización de los radares, los desbordamientos racistas … muestran la confusión del movimiento y dan testimonio del retroceso de la conciencia de clase del proletariado.
Los portavoces más o menos consensuados del movimiento han publicado cajón de sastre heterogéneo que contiene numerosas medidas progresivas que reflejan las aspiraciones de los trabajadores asalariados.
Nadie sin techo, impuesto sobre la renta más progresivo (por tramos), Salario Mínimo a 1,300 euros netos, gran plan de aislamiento de viviendas, no a las pensiones por puntos [capitalización], ninguna pensión por debajo de 1,200 euros, todo representante electo tendrá derecho al salario medio, limita aún más el número de contratos de duración determinada para las grandes empresas, acabar con el CICE [desgravación fiscal a las empresas, relacionada con la masa salarial], dejar de pagar los intereses de la deuda, el salario máximo establecido en 15.000 euros, que se creen puestos de trabajo para los desempleados, aumento de las ayudas para discapacitados, limitación de alquileres, más viviendas de alquileres moderados, acabar inmediatamente con el cierre de las pequeñas líneas férreas, oficinas de correos, escuelas y hospitales de maternidad, prohibición de hacer negocios con las personas mayores, máximo de 25 alumnos por clase, aportación de recursos sustanciales para la psiquiatría, jubilación a los 60 años, promover el transporte de mercancías por ferrocarril … (Carta a los diputados de Francia, 29 de noviembre).
La presencia de pequeños empresarios explica la modestia del incremento del Salario Mínimo solicitado (está previsto que suba a 1.210 € netos el 1 de enero por la inflación de 2018).
Otras medidas son incluso reaccionarias y testimonian la influencia de otras clases, incluida la gran burguesía, que obviamente está ausente de los bloqueos. Nunca se cuestiona el derecho de propiedad de los grandes grupos capitalistas sobre la economía. El catálogo de « chalecos amarillos » prefiere defender « Francia » contra « el extranjero », incluso los extranjeros.
Detener la construcción de grandes áreas comerciales alrededor de las principales ciudades … Proteger a la industria francesa es proteger nuestros conocimientos y nuestros trabajos … Prohibición de vender propiedades pertenecientes a Francia … Paguemos la deuda pública … Vivir en Francia implica para convertirse en francés … Que a las personas a las que se deniegue el derecho de asilo se les reenvíe a su país de origen … Que se aumenten significativamente los medios otorgados a la justicia, a la policía, a la gendarmería y al ejército … El referéndum popular debe entrar en la Constitución … Volver a un mandato de 7 años para el Presidente de la República … (Carta a los diputados de Francia, 29 de noviembre)
Algunas de estas medidas serían caras, financiera y políticamente, para los trabajadores. ¿Por qué un presidente de la república? ¿Por qué darle más poder todavía al elegirlo por 7 años? ¿Por qué deberíamos pagar la creciente deuda pública a los bancos y los ricos defraudadores y exentos del impuesto sobre el patrimonio? y ¿cómo hacerlo sin aumentar los impuestos? Los « el aumento de los medios significativos » para un Estado policial y militarista también tendrá que ser financiado … y servirán para defender los intereses del gran capital francés, para reprimir a los trabajadores.
La confusión de objetivos, la permeabilidad al chovinismo permiten a los partidos burgueses intentar recuperar el movimiento. Wauquiez [presidente de Los Republicanos, derecha], hostil al límite de velocidad y favorable a la privatización, ha tenido mucho cuidado de no aparecer con los ferroviarios. Por contra, ha podido poner en escena sobre el terreno su apoyo a los « chalecos amarillos ». Sin embargo, los « dégagistes » [ideología del tipo “que se vayan todos”], que niegan la lucha de clases, adulan el movimiento.
Un inmenso momento de autoorganización popular está en progreso. La gente ya ha superado los obstáculos del desvío y la disuasión. (Jean-Luc Mélenchon, 17 de noviembre); El movimiento de los chalecos amarillos es un ejemplo de autoorganización. (Jean-Luc Mélenchon, 18 de noviembre)
Por mucho que le pese a la LFI, estamos lejos de un modelo de auto-organización: no hay asambleas, no hay votaciones, no hay elecciones, no hay delegados, no hay coordinación nacional de delegados, No hay control de la base sobre los portavoces, no hay autodefensa. Una vez más, las redes sociales muestran que facilitan la movilización, pero no garantizan en absoluto la democracia de las luchas.
En los Campos Elíseos, el lujo desplegado exaspera la ira de los “chalecos amarillos”. En El 24 de noviembre y el 1 de diciembre, la falta de organización de los manifestantes permite que los grupos fascistas que usan chalecos amarillos hagan estropicios a gran escala. Cuando llegan los refuerzos policiales, los nazis desaparecen; entonces detienen a los manifestantes provenientes de las provincias y pasan a comparecencia inmediata. El gobierno utiliza los robos y los saqueos para restringir el derecho de manifestación.
Por primera vez, el gobierno de Macron-Philippe retrocede.
Una parte de los jóvenes se precipita hacia la brecha: a principios de diciembre, más de cien escuelas secundarias están bloqueadas, en muchas universidades, los estudiantes celebran asambleas generales.
El NPA suplica a Macron que se exprese: « Macron pasa a escena. Es hora de que hable y diga cosas. (Besancenot, France Inter, 3 de diciembre).
El 5 de diciembre, Philippe hizo que la Asamblea Nacional aplaudiera a la policía. En Puy-en-Velay (Haute-Loire), los manifestantes atacan la prefectura, que representa al Estado burgués. Aunque hay más de 600 personas detenidas, varias organizaciones policiales piden más represión, con el establecimiento del estado de emergencia o incluso el « refuerzo del ejército » para enfrentar una situación considerada « insurreccional ». LR a su vez exige el estado de emergencia. El día 4, Macron va a la prefectura de Puy. La policía hiere gravemente a un estudiante de secundaria el 5 de diciembre.
El gobierno burgués creyó que sería suficiente con dar más ayudas financieras al cambio de automóvil, enviar a los diputados de LREM [el partido de Macron] sobre el terreno para explicar mejor su política y con un discurso del charlatán en jefe para resolver el problema. No ha encontrado ningún interlocutor. El 3 de diciembre llamó a consulta a los partidos políticos.
En lugar de boicotear, los partidos de origen obrero (PCF, PS, Générations y LFI) se prestaron a la operación.
Habrá una delegación de La France Insoumise con el Primer Ministro. No se trata de ignorarle, todo lo contrario. Estamos a favor del diálogo. (Adrien Quatennens, Inter France, 3 de diciembre)
Mélenchon reedita, como Le Pen, su solicitud de disolución de la Asamblea por parte de Macron y la convocatoria de elecciones parlamentarias anticipadas.
Entre la legitimidad del ejecutivo y la de los « chalecos amarillos », solo hay una manera de decidir, una votación. A esto se le llama disolución. (Jean-Luc Mélenchon, 2 de diciembre)
En otras palabras, Macron debe permanecer en su lugar y los trabajadores deben confiar en las papeletas de voto. LFI y RN retoman la maniobra de De Gaulle y el PCF contra la huelga general en mayo de 1968.
La duración y extensión del movimiento está haciendo retroceder al gobierno por primera vez. Cuando, el 4 de diciembre, el gobierno anuncia concesiones por seis meses y decide abolir el impuesto sobre el diésel para todas las empresas, los capitalistas de la industria de la construcción se quedan satisfechos.
El 5 de diciembre, Macron decide que el ISF [impuesto sobre las grandes fortunas] se restablecerá, pero abandona el impuesto adicional a los combustibles que entraría en vigencia en 2019, en el momento en que su casi ex primer ministro habla en la Asamblea Nacional.
La clase obrera debe afirmarse y ponerse a la cabeza del movimiento
Macron ha sido apoyado y financiado por fracciones significativas de la burguesía francesa presentándose como un presidente que jamás retrocedería ante las masas populares. Obtuvo sobre esta base un 20% de los votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales.
El PS, el PCF, la CGT, la CFDT llamaron a votar por él en la segunda vuelta. Luego, todos los líderes sindicales (CGT, CFDT, FO, Solidaires …) se opusieron a la huelga general contra Macron, para hacer frente a las ordenanzas, a la ley del trabajo, a la ley SNCF [compañía nacional ferroviaria]. Todos participan en los “consensos” contra las pensiones, contra los desempleados y contra los funcionarios. La CFDT apoya a Macron. Otras organizaciones sindicales continúan declarando « jornadas de acción » impotentes: 9 de octubre, 12 de noviembre, 1 de diciembre, 14 de diciembre … ¿Como extrañarse de que haya surgido un movimiento fuera de los partidos y sindicatos « reformistas »?
Las clases pequeñoburguesas (autónomos, ejecutivos) que hasta ahora influyen en el movimiento de los « chalecos amarillos » son incapaces de trazar un rumbo. Creen que pueden reconciliar a todas las clases, de ahí la bandera tricolor y la lista de reivindicaciones irreconciliables del 29 de noviembre. Pero estas clases intermedias están obligadas a unirse a una de las dos clases fundamentales del capitalismo, la burguesía o el proletariado. Sólo la clase obrera, poniéndose resueltamente a la cabeza de todos los movimientos contra la explotación y la opresión, autoorganizándose, constituyendo consejos, es capaz de orientar las protestas hacia la satisfacción de las reivindicaciones y el derrocamiento de la burguesía.
El sábado 1 de diciembre, a veces hubo confluencias con manifestaciones convocadas por la CGT. Los sindicatos FO y CGT del transporte por carretera llamaron a la huelga desde el 9 de diciembre.
Los sindicatos de los trabajadores asalariados deben romper sus negociaciones de los planes de Macron contra las pensiones, contra los desempleados, contra los funcionarios públicos. Con los partidos de origen obrero, deben convocar asambleas generales, llamar a la huelga general y a manifestarse todos juntos masivamente ante el Palacio del Elíseo.
- Contra el empobrecimiento, hay que arrancar el aumento del salario mínimo, de todos los salarios, el aumento de las ayudas para las rentas bajas, la indexación de los salarios y las pensiones con el coste de la vida.
- Contra la desigualdad, hay que abolir los impuestos sobre los productos de consumo popular, eliminar las cotizaciones de seguridad social a cargo de trabajadores asalariados, instaurar un impuesto progresivo sobre la renta y un verdadero impuesto sobre el patrimonio (el antiguo ISF tenía un alcance reducido), dotar de medios suficientes a la sanidad pública y la escuela pública, garantizar una vivienda digna para todos.
- Contra el calentamiento global, hay que expropiar a Total, a las compañías de autopistas, a los bancos, a todas las multinacionales cuya producción contamina masivamente el planeta, hay que desarrollar el transporte público (incluidas las líneas pequeñas de ferrocarril y el RER [red ferroviaria de cercanías del área metropolitana de París] ) y los fletes ferroviarios.
- Contra el Estado burgués, los fascistas y saqueadores, es necesario organizar la autodefensa, disolver los cuerpos represivos, suprimir la Presidencia y el Senado, recompensar a los funcionarios electos a nivel de los trabajadores, hacerlos revocables.
- Para que los trabajadores controlen su propio movimiento e instauren una forma de democracia superior se necesita: asambleas generales en ciudades, barrios, empresas, centros formativos, administraciones; comités elegidos por las asambleas, centralización de los comités en una coordinadora nacional.
El movimiento debe anclarse en las empresas y ser controlado por los propios trabajadores. Entonces la bandera roja reemplazará la bandera tricolor del aplastamiento de los comuneros de 1871, de las guerras coloniales y mundiales.
El proletariado debe dirigir al conjunto de los oprimidos y explotados hacia el poder de los trabajadores, ya que solo un gobierno obrero es capaz de unir a la masa de los trabajadores y la pequeña burguesía contra su enemigo común, el capital. Para lograrlo, se debe construir lo más pronto posible un partido obrero revolucionario del tipo del Partido Bolchevique, que llevó a las masas rusas a la victoria en octubre de 1917.
El proletariado avanzado, que expresará esta verdad objetiva de una lucha de masas variada, discordante y abigarrada, a primera vista sin unidad, podrá unirla y dirigirla, conquistar el poder, apoderarse de los bancos, expropiar a los grupos capitalistas odiados por todos. (Lenin, julio de 1916).
Editorial de Révolution Communiste, n.o 32, noviembre-diciembre de 2018.
Groupe marxiste internationaliste.
Traducido por Traducción: Internaciema Kolektivista Cirklo (IKC)