La economía argentina, en plena decadencia, con una inflación anual superior al 100%, más de 40% de empleo informal, pobreza superior al 60%, hace insoportable el día a día para los trabajadores. Las paritarias que acuerda la burocracia sindical quedan siempre por debajo del valor de la canasta básica. Las coaliciones de gobierno que prometieron proteger a los trabajadores son las que hambrean. El ajuste que implementa en todo el país el Frente de Todos es profundizado en la medida que escasean los dólares para pagar la deuda al FMI, y ante la recesión que se abre paso entre las ruinas de la burguesía nacional. La lealtad imperialista de radicales y peronistas queda patente en la entrega del gas, litio y petróleo, destruyendo vidas y el medioambiente. Estos elementos constituyen los disparadores de un proceso de luchas que se está dando a lo largo y ancho del país. Paros de médicos, docentes de escuelas y universidades, obreros del neumático, las aceiteras, metalúrgicas, alimentación, vienen dando pelea, a pesar de la desmovilización pretendida por la burocracia sindical de la CGT y las CTA.
La ruina del bonapartismo
Como expresión de la crisis económica y política que vivimos, el régimen bonapartista en descomposición se vuelca a profundizar los rasgos represivos del Estado, yendo contra libertades democráticas para intentar aplastar la rebelión obrera y popular. Es una necesidad burguesa: tanto las feroces peleas internas entre los distintos candidatos de los partidos burgueses, como las que tienen los frentes oficialistas y opositores, quedan a un lado; tienen que darle una salida política que ordene y discipline a la clase obrera y garantizar el triunfo del ajuste en toda la línea.
El día 22 de mayo inició en Jujuy la Convención, impulsada por el gobernador, y el 19 de junio logró, con el apoyo unánime del peronismo, reformar la constitución provincial. De este modo lograron eliminar las elecciones de renovación parcial del parlamento cada 2 años; y otorgar la mayoría automática a la fuerza que gane las elecciones sin importar el porcentaje de votos, de tal manera que el plan de ajuste no se entorpezca en la legislatura. En el plano de la represión determinaron como ilegales los cortes de calles y de rutas, y convirtieron en ley el código contravencional: cualquiera que se manifieste en las calles puede ser multado, detenido y encarcelado. Así se dota al Estado de más herramientas para reprimir las luchas contra el ajuste y la explotación de litio. Esto desató una ola de paros, protestas y piquetes en toda la provincia, que fueron reprimidos salvajemente. Un trabajador municipal perdió un ojo producto de un balazo de la Infantería, y detuvieron a varios compañeros, algunos de los cuales fueron secuestrados de sus hogares por la policía, y luego torturados en la comisaría.
Luego de la represión, Morales fue confirmado como candidato a vicepresidente de “Juntos por el cambio”, en la fórmula encabezada por Larreta. Ambos se jactaron de que éste es el modelo que pretenden para Argentina luego de las elecciones de octubre. Mientras tanto, el peronismo, socio indispensable en esta aventura, pretende desligarse y critica la represión de Morales, pero comparte gran parte del programa de Juntos por el cambio: represión, paritarias por debajo de la inflación, reforma laboral, ajuste en salud y educación, jubilaciones miserables, exenciones y subsidios a las patronales.
Algunos burócratas sindicales como Laplace (dirigente de la Asociación Obrera Minera Argentina), y kirchneristas como Grabois, sólo se diferencian de Larreta en que discuten qué porcentaje de las regalías del litio debe retener el Estado argentino.
El viernes 30 de junio hubo otra represión en Humauaca, y se sucedieron las órdenes de detención contra 56 manifestantes. Todos los apresados fueron liberados por la lucha que llevaron adelante los trabajadores, mediante marchas, protestas, huelgas y piquetes.
Por una salida revolucionaria
Los pueblos originarios, los obreros mineros y de los ingenios azucareros (Ledesma), docentes autoconvocados, han salido a dar la pelea, en las calles y en los lugares de trabajo. La represión despertó la solidaridad tanto en otras ciudades de Jujuy, como en otras provincias.
Como comunistas, no somos pacifistas, no vamos a acatar ningún llamado a la paz social, no vamos a depositar expectativas en el parlamento ni en las elecciones. Reivindicamos la lucha obrera, con los métodos de acción directa, organizándonos mediante asambleas, formando los comités de fábrica en las industrias, y los comités de base de trabajadores estatales. Tenemos que echar a la burocracia y recuperar nuestros sindicatos. Para el triunfo de nuestra clase consideramos fundamental aprender de las experiencias del pasado, retomar el camino que nos legaron las insurrecciones obreras como el Cordobazo, el Rosariazo, el Tucumanazo, etc.: organizar la autodefensa para los próximos combates, para derrotar a la represión estatal y golpear a la burguesía de conjunto, imponiendo la huelga general. Como comunistas, somos parte del legado revolucionario mundial que nos dejó la revolución rusa: toda nuestra lucha debemos darla en la perspectiva de prepararnos como clase obrera para la toma del poder, formando nuestro partido revolucionario con independencia política, destruir el capitalismo y construir el socialismo.
Luchamos contra la barbarie capitalista, soñamos con un mundo nuevo, donde reine la de nuestra clase, para terminar con todas las formas de explotación.
¡Preparamos la autodefensa en las fábricas, en los barrios y las universidades¡
¡Frente único de todos los gremios, las organizaciones de pueblos originarios, mujeres y estudiantes, y los partidos obreros contra la nueva constitución de Jujuy! ¡Paro y ocupación de los edificios estatales: que nada funcione hasta que caiga la reforma!
¡Contra los despidos, las suspensiones, la precarización y la inflación, vamos por el salario igual a la canasta básica!
¡No al FMI, no al ajuste, basta de repreción!
En todos el país, ¡organicemos asambleas en los lugares de trabajo: por el paro y la movilización en cadra fábrica!
Organizándonos desde las base, ¡impongamos a la CGT y las CTA la ruptura con todos los partidos patronales y el paro nacional!
¡Por la huelga general! Por el triunfo de la clase trabajadora! ¡Gobierno obrero y campesino, federación socialista de América!