Carta del Colectivo Revolución Permanente a Voz de los Trabajadores (Francia)

COLECTIVO REVOLUCIÓN PERMANENTE

Destinatario: Voz de los Trabajadores (Francia)

Con copia a: CMAA (Ecuador), CoMarI (Colombia), MaS (Rusia)

Fecha: 11 de agosto de 2014

 

Estimados compañeros,

Pero el problema de la Internacional, al igual que la cuestión de los partidos nacionales, no se puede diferir siquiera por una hora: en lo esencial se trata de dos aspectos de una sola y única cuestión. Sin una Internacional marxista, las organizaciones nacionales más avanzadas quedan condenadas a la estrechez, a la vacilación, a la impotencia;  (Lev Trotsky, El ILP y la 4ta. Internacional, 18 de septiembre de 1935, Obras t. 6, p. 234)

Cada año, con motivo del 1 de mayo, el Colectivo Revolución Permanente publica una declaración sobre la situación mundial.  Según la última, una característica de la situación mundial es la acentuación de la crisis de dirección del proletariado que estaba en el centro del Programa de 1938 y del Manifiesto de 1940 de la 4ta. Internacional (de la que se separaron las sectas como la de Oehler en 1937 y Barta en 1939).

De la lucha en el seno de la 3ra. Internacional contra el estalinismo, contra el social-patriotismo y el Frente Popular, surge en 1938, la 4ta. Internacional.  Pero ésta no llegó nunca a conducir a las masas. Al contrario, su propia dirección abandonó el programa marxista, bajo la presión del estalinismo en su cenit, después de la Segunda Guerra Mundial. A falta del partido mundial de la revolución socialista, las luchas de la juventud y los trabajadores en los países imperialistas, en los países capitalistas dominados y en los países de economía colectivizada, permanecieron sin dirección revolucionaria.  (CoReP, Declaración del 1 de mayo de 2014)

Una de las características del pudrimiento del capitalismo, que se deriva de la agravación de la crisis de dirección proletaria, es el reforzamiento de la reacción clerical al interior de los palestinos, entre otros.

La putrefacción del capitalismo, las traiciones de estalinismo, la impotencia de las burguesas nacionales de América Latina, Asia y África, produjeron incluso el ascenso del fundamentalismo religioso que divide a los proletarios, y que es partidario de la propiedad privada y del patriarcado (islamista pero también cristiano, budista, hinduista…).  Allí donde accedieron al poder (Arabia, Qatar, Irán, Gaza, Egipto, etc.), los islamistas pusieron de manifiesto que sabían perseguir a los revolucionarios, a los sindicalistas, a las mujeres, a los jóvenes,  a los artistas y a los homosexuales, pero que eran incapaces de garantizar el desarrollo, de acabar con el imperialismo y el sionismo. (CoReP, Declaración del 1 de mayo de 2014)

Otra consecuencia es la multiplicación de las guerras locales y la tendencia a la reconstitución de bloques imperialistas rivales.

La supervivencia del capitalismo es la carrera armamentista, las tensiones en el este de Asia, es la intervención militar de las potencias imperialistas para proteger sus intereses en África y otros lugares. El estado sionista continúa la colonización de Jerusalén Este y Cisjordania, ahogando la economía de los territorios con la ayuda del gobierno islamista egipcio; ataca Gaza cuando quiere. (CoReP, Declaración del 1 de mayo de 2013)

Como antes de 1914 y antes de 1939, los bloques imperialistas emergen, uno entre las viejas potencias imperialistas (Estados Unidos, Alemania, Japón…), otro entre los recién llegados que se ven obligados a enfrentar a los primeros para delimitar su propia zona de soberanía (China, Rusia…).  Los conflictos militares entre las grandes potencias se desarrollan por intermedio de camarillas en Ucrania, Siria, África Central, Sudán… (CoReP, Declaración del 1 de mayo de 2014)

El Colectivo se esfuerza también en responder a los acontecimientos más importantes como, en 2014, el estallido de Ucrania y la nueva agresión de Israel contra Gaza.

  1. La borrosidad y la ambigüedad impiden el debate honesto y productivo.

Contra esto último, el Buró del CoReP redactó el 13 de julio un proyecto de declaración internacional de solidaridad con el pueblo palestino, en línea con la revolución permanente.

Lo hizo de manera deliberadamente sucinta, con el fin de que permita su difusión en forma de volante en las numerosas manifestaciones callejeras, tanto más cuanto que ya había adoptado, en octubre del 2009, un análisis profundo del colonialismo sionista y de la quiebra de la burguesía nacional palestina.  Este proyecto se transmitió en alemán, español, francés y ruso a sus tres secciones así como a varias organizaciones nacionales que están en contacto con el Colectivo o sus secciones, entre ellas la suya, el 15 de julio.

Tal propuesta se inscribe en la tradición comunista: reunir a los revolucionarios de todos los países (y en cada país) a partir del programa, es decir, de la comprensión común de los acontecimientos y las tareas.

Sin el programa cada obrero debe improvisar su herramienta, encontrar herramientas improvisadas y uno contradice al otro.  Es solamente cuando la vanguardia se organiza sobre la base de concepciones comunes que podemos actuar. (Lev Trotsky, Entrevista con la Dirección del Partido Socialista de los Trabajadores, 7 de junio de 1938, Debates sobre el programa de transición, p. 18)

En el movimiento obrero, un proyecto que se presenta a la deliberación puede ser:

  • negado ya que su orientación global parece falsa
  • enmendado para mejorarlo (una parte es simplemente suprimida, una palabra, una frase, un párrafo reemplaza a otro o es añadido)
  • adoptado tal cual

Les proponemos el proyecto de declaración siguiente… Nos alegraría mucho que nos comunicasen su respuesta: sus enmiendas, su contraproyecto de declaración, etc. (Vladimir Lenin, Carta a la Redacción de « Naché Slovo », 9 de noviembre de 1914, Obras t. 21, p. 123-124)

La propuesta de declaración internacional del Buró, retocada por RP (Perú), se firmó, además del Colectivo Revolución Permanente (Austria, Francia, Perú), por el Colectivo Manuel Agustín Aguirre (Ecuador), el Colectivo Marxista Internacionalista (Colombia) y el Movimiento al Socialismo (Rusia).

La versión en lengua francesa se difundió, en los días siguientes, en varias ciudades de Francia por el Grupo Marxista Internacionalista, en las manifestaciones de protesta contra la agresión a la franja de Gaza por el Ejército israelí.

Por su parte, VdT no firmó, ni enmendó, ni rechazó el proyecto de declaración internacional mientras que Israel proseguía su ofensiva y el número de víctimas palestinas aumentaba a cada hora.

A manera de respuesta, el Buró del Colectivo Revolución Permanente recibió observaciones individuales discordantes, luego, el 21 de julio, un texto titulado De Gaza a Donetsk, de Alepo a Tikrit, de un mundo en guerras hacia un mundo en guerra…, que se presentó al día siguiente 22 como el editorial de VdT. En ningún momento VdT precisó oficialmente al Buró del CoReP la función de este « editorial » con relación a la propuesta que se le presentó.

La actitud de VdT no facilita el diálogo.  Como VdT no firmó, no enmendó y adoptó otro texto, se puede suponer que este último constituye un contraproyecto.

 2. Un documento sin envergadura internacional.

El editorialista percibe la coyuntura económica mundial a través del prisma que deformante del capitalismo francés.

Es el de un mundo capitalista que nunca no ha salido de su hundimiento de 2007-2008. (Editorial, p. 2)

                                                                                                                                            

El capitalismo europeo tiene dificultades para salir de la crisis capitalista mundial y, en su seno, el capitalismo francés no llega a sobreponerse.  Los síntomas son el índice de crecimiento muy escaso, una producción industrial que es inferior a la de antes de la crisis, un desempleo creciente…

Sin embargo, a escala mundial, la economía capitalista salió « de su hundimiento de 2007-2009 », ciertamente de forma temporal, ciertamente en detrimento de la clase obrera mundial, ciertamente recurriendo a paliativos estatales nacionales que limitaron la destrucción del capital (lo que sería necesario para el restablecimiento prolongado de la tasa de ganancia) y que preparan la próxima crisis mundial.

Las crisis no son nunca más que soluciones momentáneas y violentas a las contradicciones existentes, que restablecen por un tiempo el equilibrio perturbado.  (Karl Marx, El Capital, III, Obras t. 2, p. 1031)

La economía mundial determina el funcionamiento de las distintas economías capitalistas nacionales.  Pero los países no son afectados de la misma manera por las fluctuaciones capitalistas mundiales y en particular por las rupturas de la acumulación mundial de capital, que se ha convertido en excesiva ante la plusvalía social. La crisis económica mundial redistribuye las cartas: por ejemplo, el crecimiento sobrepasó el 9% en China en 2009 como en 2008, mientras que el PIB de Grecia cayó un 3,1% en 2009, un 4,9% en 2010 y un 7,1% en 2011. Vista China, no hay recesión, vista Grecia, esto es una depresión.  Es necesario pues distinguir coyuntura económica mundial y coyuntura económica local.

En el seno de la Internacional Comunista, Lenin y Trotsky combatieron a las corrientes semi-anarquistas que, por un rechazo simplista del oportunismo, caían en el izquierdismo, se negaban a militar en los sindicatos, rechazaban la participación en las elecciones, negaban la opresión nacional, se oponían a los Consejos y al Partido… y afirmaban que la crisis económica era insuperable.

Algunos revolucionarios se esfuerzan a veces en demostrar que esta crisis es absolutamente sin salida.  No existe situación sin salida.  (Vladimir Lenin, Informe sobre la situación internacional al 2do. Congreso de la IC, 19 de julio de 1920, Obras, t. 21, p. 233)

Como luego de la crisis económica internacional de 1973-1974, el capital mundial se acumula de nuevo a una escala ampliada, de lo que da prueba el índice de crecimiento económico mundial que vuelve a ser positivo a partir de 2009 (de ahí un PIB mundial que sobrepasa claramente el de antes de la crisis), la reanudación de los intercambios de mercancías a partir de 2009 (el nivel de las exportaciones mundiales excede el de antes de la crisis) e incluso el aumento del empleo mundial (el proletariado mundial es más numeroso que antes de la crisis).

No es necesario observar el mundo con catalejo francés.  Las ilusiones hacia la democracia burguesa pesan en un país como el vuestro porque es aún una potencia imperialista que puede ofrecer, hasta ahora, un régimen relativamente democrático.

La forma política de la democracia solo ha sido preservada, entre las grandes potencias, por Gran Bretaña, Francia y los Estados Unidos, los países capitalistas más ricos y tradicionalmente los más saqueadores…  (Lev Trotsky, Una lección muy fresca, 10 de octubre de 1938, Obras t. 19, p. 72)

Por el contrario, generalizar la situación de Francia a la franja de Gaza, hablar del desgaste de la democracia en la franja de Gaza y de la dificultad de la democracia burguesa para gobernar, es absurdo.

No es solamente en Gaza que el poder burgués está agotado, que la dominación de los capitalistas llega a su término, que la democracia burguesa no es ya suficiente para gobernar.  (Editorial, p. 3)

¿De qué libertades puede gozar un enclave minúsculo dominado militarmente de manera aplastante por Israel?  El editorialista debería comprender que, a falta del derecho a desplazarse, casi toda esta población es de hecho prisionera en un gran gueto.

Además el ejercicio del poder por el Hamas sobre la población no tiene nada que ver con un régimen democrático burgués: religión de Estado, censura, no hay verdadero sindicalismo, detenciones sin proceso y torturas a opositores o marginales, antisemitismo, etc.

Libertad de la prensa, derechos de organización y reunión, sufragio universal, autonomía de la administración local: aunque se trate de instituciones burguesas, resultó que una burguesía timorata pudo perfectamente no tenerlas, mientras que, sin ellas, los obreros nunca podrán conquistar su emancipación.  (Friedrich Engels, La cuestión militar prusiana, 1865, Escritos militares, p. 478)

La palabra « Francia » figura también más a menudo en el editorial que « EE.UU », cuando Israel podría existir sin Francia imperialista, pero no sin los Estados Unidos.  El editorialista no nombra a Obama, mientras que a Hollande lo hace en cinco ocasiones.

Cuando menciona huelgas, son francesas; la única prohibición de manifestarse mencionada se refiere a Francia…

Aunque solo sea por estas razones, este documento no sustituye a la declaración internacional de los 6.  Además, sufre de una serie de defectos políticos: tiende a asimilar Israel y « Palestina », reduce la colonización sionista y la última operación militar contra la franja de Gaza a una confrontación entre dos campos imperialistas, no desprende ninguna consecuencia seria de su propio análisis y no traza ningún programa para el proletariado (árabe y judío) de Palestina, ni para el de Francia.

3. La masacre de la población de Gaza, ¿una confrontación entre las marionetas de dos campos imperialistas?

El editorialista presenta a « Palestina » e Israel como los intermediarios de dos campos imperialistas claramente definidos y opuestos, las « potencias occidentales » contra los « BRICS ».

La guerra de Gaza se integra en el ascenso de una confrontación mundial que se perfila. Y, hecho nuevo, la guerra opone abiertamente el campo de las potencias occidentales (USA-Europa-Japón-Canadá-Australia-Corea del Sur) y el campo de las nuevas potencias capitalistas e imperialistas (China, Rusia, India, Brasil y Sudáfrica, los BRICS).  (Editorial, p. 2)

Pasemos sobre la terminología periodística (el continente europeo reducido a la Unión Europea; Australia, Corea del Sur y Japón situados como Occidente) como sobre la superficialidad del nombre « BRICS » (una invención del capital financiero que ha hecho buen negocio de su heterogeneidad).

El error decisivo es mantener que « la guerra de Gaza… opone abiertamente el campo de las potencias occidentales y el campo de las nuevas potencias capitalistas e imperialistas ».  La palabra « abiertamente » es especialmente mistificadora.  La guerra israelí contra la franja de Gaza no opuso dos campos imperialistas.  La simetría indicada por el editorialista es una especulación.

Por una parte, el gobierno Haniyeh, que no quiso el conflicto, no estaba sostenido en ningún caso por el bloque de los « BRICS ».  En los hechos, Rusia y China votaron en el Consejo de Seguridad de la ONU con los Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.

En la noche de domingo al lunes, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de urgencia en Nueva York.  Sus quince miembros adoptaron una declaración unánime, llamando a un alto el fuego humanitario inmediato y sin condiciones a Gaza.  (AFP, 28 de julio de 2014)

Cuando Putin ayuda a los nacionalistas rusos en Ucrania, su armamento es de una sofisticación distinta al que disponen los ejércitos de Hamas y la Yihad Islámica.  Los cohetes bastante rudimentarios a disposición de Hamas vienen de Irán (que no forma parte del bloque de los BRICS del editorialista).

Por otra parte, Israel se beneficia bien de la ayuda diplomática, financiera y militar del imperialismo dominante.  No obstante, el gobierno Nétanyahou y el Estado Mayor actuaron por cuenta de su burguesía;  las órdenes en ningún caso vinieron de Obama (y aún menos de Abe, Holanda o Cameron…).  Toda la historia de Israel lo prueba.  Los revolucionarios franceses deberían acordarse que la intervención conjunta de Israel, Gran Bretaña y Francia (con el apoyo tácito del PCF, que se abstuvo en la Asamblea Nacional, y el explícito del PS-SFIO, que votó a favor), se llevó a cabo en octubre de 1956 contra Egipto sin el acuerdo de los Estados Unidos.

La supervivencia de la ONU pone de manifiesto también que la guerra inter-imperialista, aunque se perfile, no es inminente.  Cuando los bloques en competencia, cuya configuración puede variar entretanto, estén a punto de enfrentarse, la ONU habrá desaparecido.

Básicamente, para el editorialista, la situación es idéntica en Israel y en « Palestina ».

 

Sí, tanto Israel como Palestina han estado amenazados por una ola revolucionaria, un levantamiento popular, pues tanto los regímenes israelí como palestino son impopulares.  Allí también, la guerra es una fuga hacia adelante frente a la revolución que amenaza.  (Editorial VdT, p. 2)

El Estado de Israel no defiende de ninguna manera los intereses del pueblo israelí y los dirigentes árabes o palestinos, en particular de Hamas y la Autoridad Palestina no defienden de ninguna manera los intereses del pueblo palestino.  (p. 3)

Trotsky no pudo ver el nacimiento de Israel declarado en 1948 en Palestina por la burguesía nacionalista judía con el apoyo de las potencias imperialistas y de la burocracia de la URSS.  Pero sabía él que Palestina era lo que estaba en juego.

Cada día nos aporta la prueba de que el sionismo es incapaz de solucionar la cuestión judía.  El conflicto entre los judíos y los árabes en Palestina toma un cariz cada vez más trágico y amenazador.  (Lev Trotsky, Entrevista con el diario « Der Tog », 18 de enero de 1937, Obras t. 12, p. 111-112)

La contribución de Trotsky, en los años 1920-1930, además del análisis del degeneración del Estado obrero, es la revolución permanente.

No es cierto que la economía mundial represente en sí una simple suma de factores nacionales de tipo idéntico. No es cierto que los rasgos específicos no sean « más que un complemento de los rasgos generales », algo así como las verrugas en el rostro. En realidad las particularidades nacionales representan en sí una combinación de los rasgos fundamentales de la economía mundial. Esta peculiaridad puede tener una importancia decisiva para la estrategia revolucionaria durante un largo periodo. Baste recordar el hecho de que el proletariado de un país retrógrado haya llegado al poder muchos años antes que el de los países más avanzados. Esta sola lección histórica basta para demostrar que, a pesar de la afirmación de Stalin, es absolutamente erróneo orientar la actuación de los partidos comunistas sobre unos cuantos « rasgos generales »; esto es, sobre el tipo abstracto del capitalismo nacional. Es radicalmente falso que estribe en esto el internacionalismo de los partidos comunistas. En lo que en realidad se basa es en la inconsistencia de los Estados nacionales, que hace mucho tiempo que han caducado, para convertirse en un freno puesto al desarrollo de las fuerzas productivas. El capitalismo nacional no puede, no ya transformarse, sino ni siquiera concebirse más que como parte integrante de la economía mundial. Las peculiaridades económicas de los diversos países no tienen un carácter secundario, ni mucho menos: bastará comparar a Inglaterra y la India, a los Estados Unidos y el Brasil. (Lev Trotsky, Prólogo a la edición francesa, 29 de marzo de 1930, La Revolución permanente, p. 10)

En efecto, en esa época la India era una colonia y Gran Bretaña su metrópoli.

Todos los partidos comunistas deben ayudar directamente a los movimientos revolucionarios de las naciones dependientes o que no se benefician de la igualdad de los derechos (por ejemplo Irlanda, los Negros de Norteamérica, etc.) y de las colonias.  (Vladimir Lenin, Esbozo de tesis sobre la cuestión nacional y colonial para el 2do. Congreso de la IC, 5 de junio de 1920, Obras t. 31, p. 149)

Un partido obrero británico solo podía ser realmente obrero, revolucionario, apoyando el derecho a la independencia, entre otros, de la India;  el partido obrero indio tenía, entre sus tareas, la lucha por la independencia.

El internacionalismo de los proletariados inglés e indio se basa en la interdependencia de las condiciones, de los objetivos y métodos, y no sobre su identidad.  (Lev Trotsky, Prólogo a la edición francesa, 29 de marzo de 1930, La Revolución permanente, p. 11)

En la actualidad, Palestina está ocupada ampliamente por Israel.  El resto está constituido por bantustanes, o en curso de conquista (Jerusalén, Cisjordania), o económicamente se estrangulados y militarmente aplastados (franja de Gaza).  La franja de Gaza es un campo de concentración de gran tamaño creado por Israel, de ningún modo su gemelo.

Las consecuencias de esta dominación de un pueblo sobre otro son estratégicas:

  • El proletariado palestino debe tomar la cabeza de la lucha contra la colonización y por la independencia nacional de Palestina y arrancarlo de las manos de la burguesía palestina, sean Fatah o Hamas.

  • El proletariado israelí no puede existir como clase y llevar una lucha contra su burguesía sino reconociendo los derechos democráticos y nacionales de los árabes palestinos.

El editorialista esquiva estas cuestiones decisivas de la revolución en Medio Oriente.  Así pues, en Francia, hay un gran peligro de garantizar la utopía de dos Estados en Palestina, sostenida por vuestro imperialismo y retransmitida por los social-imperialistas (PS, PCF, PdG, burocracias sindicales) y sus adjuntos centristas (NPA, LO).

Somos solidarios con la voluntad de los palestinos de hacer reconocer su Estado.  Han pasado dieciocho años desde los acuerdos de Oslo.  Dieciocho años que las grandes potencias les prometen un Estado y que los palestinos esperan.  (Nathalie Arthaud, Mundo, 23 de septiembre de 2011)

Estoy incondicionalmente por el derecho del pueblo palestino a disponer de un Estado.  Este derecho les es rechazado por Israel desde su nacimiento impuesto a los palestinos por la fuerza, millones de ellos encontrándose expoliados de sus tierras y condenados a vivir en campos.  (Nathalie Arthaud, Nuevo observador, 18 de abril de 2012)

El peligro es tanto mayor cuanto que el editorial no dice una palabra, aunque se destine a Francia, de las tareas del proletariado francés frente a la masacre sionista, ni para denunciar la política del PCF, el PdG, la CGT y la Asociación Francia-Palestina.

4. ¿La Guerra Mundial es causada por las múltiples revoluciones en curso?

El Colectivo Revolución Permanente explicó en varias ocasiones que el modo de producción capitalista estaba en declive y que su restauración en Europa Central, en Rusia y China por las burocracias estalinistas solo le daba una prórroga.

La condena histórica del modo de producción capitalista no basta para englobar una coyuntura mundial dada.  Toda tentativa de este tipo impone recurrir a una serie de mediaciones para intentar abarcar el conjunto de las relaciones económicas, políticas, ideológicas, militares… entre las clases sociales mundiales, así como las relaciones entre los capitalismos nacionales. Además es bastante inútil pretenderlo sin colaboración internacional.

Por su parte, el editorialista se lanza a un atajo mecanicista: el « mundo capitalista » ha cumplido su tiempo y la revolución avanza;  por lo tanto, el « mundo capitalista » decide « la guerra » para impedirlo.

Es el mundo capitalista que sabe que su tiempo se acaba y se lanza más rápidamente a la guerra, que es el único medio que encuentra para atenuar aún su callejón sin salida económico, político y social, el único medio para desviar a los pueblos de la revolución que avanza y que no hizo más que comenzar en el Magreb y en el mundo árabe, que amenaza en África y Medio Oriente.  (Editorial de VdT, p. 2)

El editorialista detalla incluso sobre las situaciones revolucionarias en Israel y « Palestina ».

Sí, tanto Israel como Palestina han estado amenazados por una ola revolucionaria, un levantamiento popular, pues tanto los regímenes israelí como palestino son impopulares.  Allí también, la guerra es una fuga hacia adelante frente a la revolución que amenaza.  (p. 2)

El descontento social no es aún una revolución.  Si no, vuestro país mismo estaría en revolución.

A partir del 2011, todas las fuerzas reaccionarias, burguesías imperialistas, ejércitos y policía nacional, partidos clericales, se conjugan para contener y rechazar la revolución que comienza en Túnez y luego en Egipto.  El proletariado sigue estando desprovisto de perspectiva y dirección.  La revolución desciende, lo que trae como consecuencia el caos en Libia, Siria e Irak, los bombardeos de la población de Gaza y las exacciones de los yihadistas en Irak.

En Palestina ocupada, los efectos de la crisis capitalista mundial y el empuje revolucionario regional contribuyen al « movimiento de las carpas » en el verano del 2011.  Pero en noviembre de 2012, el Estado colonial lanza un bombardeo de una semana contra Gaza.  Las elecciones de enero de 2013 permiten a Nétanyahou mantenerse en el poder y proseguir la colonización.  En abril de 2013, Israel comienza a utilizar los colosales recursos gasíferos del fondo marino de Tamar, frente a la costa de Haïfa. Su principal inquietud, por el momento, parece la reaproximación entre Irán y los Estados Unidos que la amenaza, lejana, de la revolución social interna.

En los retazos de Palestina que se mantienen árabes, los dos gobiernos oponentes temen el contagio de la revolución, lo que les impulsa a intentar acercarse a partir de 2011.  En Cisjordania, el Fatah se desacredita completamente, tanto debido al subdesarrollo económico como a la corrupción y a su colaboración con el ocupante.  Parece que el desgaste del Fatah beneficia más, por el momento, a los rivales burgueses islamistas que a la revolución social. En la franja de Gaza, la situación económica es aún peor. La principal preocupación de Hamas es aligerar el bloqueo conjunto de Egipto e Israel, dos aliados de los Estados Unidos, con los cuales Haniyeh negocia permanentemente utilizando al mismo tiempo los lanzamientos de cohetes como medio de presión. Estas tentativas de coexistencia, por el momento, parecen alimentar más a la oposición salafista (la Yihad) que a la revolución social.

Con todo, el impresionismo reina en todo el editorial.

Razón demás de los capitalistas para lanzar a los pueblos a la Guerra Mundial.  Las anteriores Guerras Mundiales no tuvieron otro objetivo que desviar las revoluciones sociales.  (p. 3)

 

Afilan los cuchillos y la conmemoración de la primera gran carnicería mundial les da ideas para renovar la misma experiencia con el mismo objetivo: ¡mantener su sistema de opresión en plena crisis! (p. 3)

En cualquier caso, el ejemplo de las « anteriores Guerras Mundiales » invalida su interpretación ligera.

El único país imperialista donde se produce un ascenso revolucionario antes de la 1ra. Guerra Mundial es Rusia.  Ahora bien, no es el Zar el que desencadena la guerra.

La causa fundamental no es la decisión controlada y cínica de los capitalistas de escapar a la revolución sino más bien el choque incontrolado de las burguesías imperialistas entre ellas, para conservar sus posiciones mundiales o intentar mejorarlas.

La lucha entre los más grandes Estados conquistadores condujo, con una inflexible necesidad, a la monstruosa guerra imperialista.  (Plataforma de la Internacional Comunista, 1919, 1er. Congreso de las IC, p. 13)

La guerra de 1914-1918 fue el resultado de la estrechez del mercado mundial para el desarrollo de las fuerzas productivas y cada nación intentó eliminar a todas las demás con el fin de apoderarse del mercado mundial. (Lev Trotsky, Entrevista con la Dirección del Partido Socialista de los Trabajadores, 7 de junio de 1938, Debates sobre el Programa de Transición, p. 23)

En cuanto a la 2da. Guerra Mundial, es más bien el resultado de la contrarrevolución (y de la traición de las direcciones obreras).

Las masas trabajadoras del mundo entero están agobiadas por las colosales derrotas sufridas en Italia, Polonia, China, Alemania, Austria, España, parcialmente en Francia y en otros países pequeños. Las viejas internacionales – la Segunda, la Tercera, la Sindical- están estrechamente vinculadas a los gobiernos de los estados democráticos, participan activamente en los preparativos de la guerra “contra el fascismo”.  (Lev Trotsky, delante de una nueva Guerra Mundial, 9 de agosto de 1937, Obras t. 14, p. 276)

La amenaza de la revolución más bien había diferido la guerra.

El único obstáculo en el camino de la guerra es el temor a la revolución que sienten las clases propietarias. Mientras la Internacional Comunista permaneció fiel a los principios de la revolución proletaria representó, junto con el Ejército Rojo al que estaba estrechamente ligada, el factor más importante para garantizar la paz. Al prostituir la Comintern transformándola en una agencia del imperialismo “democrático”, al descabezar y paralizar la fuerza militar de los soviets, Stalin les dejó a Hitler y a sus adversarios las manos totalmente libres y empujó a Europa a la guerra. (Lev Trotsky, Una lección reciente, 10 de octubre de 1938, Obras t. 19, p. 70)

Incluso si el editorialista tuviera razón contra la experiencia pasada y contra nuestros maestros, permanece la cuestión del programa y de la organización que puede levantarlo, ante esta guerra que juzga inminente.

5. Ante el apocalipsis, ¿un dilema personal?

Desgraciadamente, sobre este aspecto también, vuelve a la espalda a todas las lecciones previas.  No tiene programa, lo substituye la responsabilidad moral individual, un refrito de la apuesta de Blaise Pascal: puesto que la elección es entre la barbarie y el imperialismo, el individuo debe apostar al socialismo.

Barbarie o Socialismo. ¡Debemos elegir!  (p. 3)

 

Debemos comprender que somos realmente « todos palestinos ». La misma suerte nos espera si dejamos hacer…  (Editorial, p. 3)

¿Los palestinos merecieron su suerte?  ¿Los demás pueblos la merecieron?

Es la repetición, a la manera de los centristas de tipo LO, de las calumnias hacia las masas pronunciadas a cada fracaso (elección, huelga, golpe de Estado…) por las burocracias obreras, de que la causa es su cobardía, su división, su traición.

La falsificación histórica consiste en hacer recaer la responsabilidad de la derrota española sobre las masas obreras y no sobre los partidos que han paralizado, o pura y simplemente aplastado, el movimiento revolucionario de las masas. (…) Esta filosofía de la impotencia, que intenta que las derrotas sean aceptables como los necesarios eslabones de la cadena en los desarrollos cósmicos, es incapaz de plantearse, y se niega a plantearse, la cuestión del papel desempeñado por factores tan concretos como son los programas, los partidos, las personalidades que fueron los responsables de la derrota. Esta filosofía del fatalismo y de la postración es diametralmente opuesta al marxismo, teoría de la acción revolucionaria. (…)

Al reducir a cero el significado del partido y de la dirección, estos sabios niegan la posibilidad de una victoria revolucionaria en general. (…)De hecho, lo que reclaman de la conciencia de las masas es absolutamente fantástico. (Lev Trotsky, Clase, partido y dirección, marzo de 1939, Obras t. 20, p. 332-333)

Cuando la 1ra. Guerra Mundial estalla, el Partido define las tareas colectivas de la vanguardia: transformar la la guerra entre imperialismos en guerra civil, construir una nueva Internacional, garantizar la continuación del trabajo comunista en la ilegalidad…

La 2da. Internacional realizó, por su parte, un útil trabajo preparatorio de organización de las masas proletarias, durante un largo tiempo « pacífico » que fue la de la esclavitud capitalista más cruel y del progreso capitalista más rápido: el último tercio del siglo XIX y el principio del siglo XX. ¡A la 3ra. Internacional retorna la tarea de organizar las fuerzas del proletariado para el asalto revolucionario contra los gobiernos capitalistas, de la guerra civil contra la burguesía de todos los países por el poder político, por la victoria del socialismo!  (Vladimir Lenin, La situación y las tareas de la Internacional Socialista, noviembre de 1914, Obras t. 21, p. 35)

Al mismo tiempo que Lenin estudia la dialéctica luego de las transformaciones del capitalismo mundial, explica el degeneración del movimiento obrero, profundiza en la cuestión nacional y redescubre la teoría marxista del Estado, empieza sin demora la reagrupación de una fracción internacional (la Izquierda de Zimmerwald) con el fin de construir una nueva Internacional obrera, delimitada del patriotismo y del centrismo.

La unidad de la lucha proletaria para la revolución socialista exige ahora, después de 1914, que los partidos obreros se separen absolutamente de los partidos oportunistas. (Vladimir Lenin, ¿Que hacer ahora?, enero de 1915, Obras t. 21, p. 108)

Frente a la 2da. Guerra Mundial, Trotsky sigue las lecciones de Lenin.  Impulsa a sus camaradas a declarar la 4ta. Internacional para que el proletariado no sea tomado desprevenido como en 1914 y tener, a partir del inicio de hostilidades, un programa, una bandera, una Internacional.

Las trágicas derrotas que el proletariado mundial viene sufriendo desde hace una larga serie de años han llevado a las organizaciones oficiales a un conservadurismo todavía más acentuado y, al mismo tiempo, a los « revolucionarios » pequeño-burgueses decepcionados, a buscar « nuevos » caminos. (…) Unos descubren la inconsistencia del marxismo, otros proclaman la quiebra del bolchevismo. Unos adjudican a la doctrina revolucionaria la responsabilidad de los crímenes y errores de quienes lo traicionan. Otros maldicen a la medicina porque no asegura una curación inmediata y milagrosa. (…) La IV Internacional no busca ni inventa ninguna panacea. Se mantiene enteramente en el terreno del marxismo, única doctrina revolucionaria que permite comprender la realidad, descubrir las causas de las derrotas y preparar conscientemente la victoria. La IV Internacional continúa la tradición del bolchevismo que por primera vez mostró al proletariado cómo conquistar el poder. (Lev Trotsky, La agonía del capitalismo y las tareas de la 4ta. Internacional, 1938, p. 37-38)

Cuando la guerra estalla, la organización comunista internacional afirma con mucha razón que es necesario un programa revolucionario y una Internacional para defenderlo.

La Cuarta Internacional se apoya completa y sinceramente sobre los fundamentos de la tradición revolucionaria del bolchevismo y sus métodos organizativos. Que los radicales pequeñoburgueses lloren contra el centralismo. (…) Sólo un partido que no se falla a sí mismo será capaz de preparar sistemática y afanosamente la ofensiva para, cuando suene la hora decisiva, volcar en el campo de batalla toda la fuerza de la clase sin vacilar. Los escépticos superficiales se deleitan en señalar la degeneración en burocratismo del centralismo bolchevique. ¡Como si todo el curso de la historia dependiera de la estructura de un partido!. De hecho, es el destino del partido el que depende del curso de la lucha de clases. Pero de todas maneras el Partido Bolchevique fue el único que demostró en la acción su capacidad de realizar la revolución proletaria. Es precisamente un partido así lo que necesita ahora el proletariado internacional. (Lev Trotsky, La guerra imperialista y la revolución proletaria mundial, 1940, p. 33-34)

Ni el Colectivo Revolución Permanente, ni VdT (Francia) tienen la autoridad del Partido Bolchevique de 1914, ni incluso de la 4ta. Internacional de 1939.  Eso no los exime de ninguna responsabilidad.

6. ¿Qué necesidad la clase obrera ante la marcha a la barbarie?

El proletariado necesita un partido mundial para conducir la guerra civil contra la explotación y la opresión.

¿Voz de los Trabajadores quiere avanzar en esta vía?  No lo deja predecir rehusando adoptar o enmendar la declaración internacional de apoyo al pueblo palestino y publicando en su lugar un editorial nacional y confuso.

Con la declaración común se habría enviado un estímulo para la reagrupación comunista a los otros grupos que firman, a todos los que vacilan en Francia, repelidos por la multiplicación de las sectas que sus gurúes aíslan cuidadosamente.

Les habría sido entonces posible al GMI y a VdT precisar en un comunicado posterior esta orientación para Francia (las responsabilidades de la burguesía francesa, la colusión de Hollande y el PS, el pacifismo pro- imperialista del PCF, el PdG y sus adjuntos, el callejón sin salida peligroso del antisemitismo…) para esclarecer a los trabajadores e intentar arrancar a los jóvenes árabes de la influencia reaccionaria del social-imperialismo y el islamismo.

En el marco de un combate internacional común, debe ser posible avanzar hacia el reagrupamiento de las fuerzas del GMI y VdT en una organización mayor, más fuerte, apta para publicar un diario comunista para toda la Francia, denunciando incansablemente y enfrentando sin temor a las burocracias « reformistas », capaz de atraer a las trabajadoras y los trabajadores de vanguardia, o incluso a los grupos que buscan sinceramente el camino de la revolución proletaria mundial.

No se pueden formular los intereses de una clase distinta sino bajo la forma de un programa; no se puede defender un programa distinto sino fundando un partido. (Lev Trotsky, La revolución alemana y la burocracia estalinista, 27 de enero de 1932, Cómo vencer al fascismo, p. 108)

¡Camaradas, no pierdan la próxima ocasión!

Fraternalmente,

 

El Buró Internacional